«Cubrir la sequía de música tradicional cántabra en la época invernal e incentivar a las nuevas generaciones de músicos para que se preparen durante todo el año», son los principales objetivos del festival Pozu Jondu, que entre hoy y mañana celebra en el Centro Cultural de Caja Cantabria la fase final de su séptima edición. Más de doscientos intérpretes de gaita, rabel, pandereta, ronda, baile, pitu, tambor y canto solista, tanto masculino como femenino, han participado en las fases previas celebradas en Torrelavega, lo que significa la cifra más alta de la historia de este popular concurso organizado por A.D.I.C. y el Gobierno de Cantabria con la colaboración de Caja Cantabria.
Chema Puente, Roberto Diego y Pedro L. Madrazo.
Al respecto, el director artístico del festival Pozu Jondu, Roberto Diego, dijo que «la evolución de la música cántabra ha sido brutal en los últimos años» y que se ha pasado «de un nivel deficiente, a contar con grandes músicos con mucho nivel». Diego estuvo acompañado en la presentación de los finalistas por el rabelista Chema Puente y el gerente de A.D.I.C., Pedro Luis Madrazo.
Cabe recordar que Pozu Jondu repartirá 6.000 euros en premios. Los primeros finalistas recibirán 300 euros, los segundos 180 y los terceros 120 y, en la modalidad de ronda los premios ascenderán a 450 euros para la primera clasificada, 300 para la segunda y 180 para la que quede en tercer lugar.
El jurado del festival lo forman cuatro personas distintas en cada categoría muy relacionadas con la música cántabra, «que han tenido muy complicado la elección final dada la alta calidad de los concursantes», según Diego.
Como cierre de esta edición, el festival organiza el domingo de forma paralela un espectáculo musical-teatral titulado 'Cantabria tierra del Romancero', durante el que podrá presenciarse la interpretación de romances con el rabel, el baile y cantos colectivos por mozas y mozos al estilo campurriano. Para ello actuarán los ex alumnos de Puente, procedentes de la Escuela Popular Cántabra de Santander, el Grupo de Danzas Ubiarco y la Ronda la Pozona.
«Queremos mostrar cómo el rabel fue un instrumento clave en la interpretación del romancero y en Cantabria, por fortuna, tenemos una gran tradición de rabel», exhaltó Puente, que incidió en la importancia de Pozu Jondu porque «permite la recuperación del hábito de cantar, que estaba en peligro de desaparición, ya que los instrumentistas es más difícil que se pierdan».
La entrada para presenciar las finales y el espectáculo de romances es libre. |