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Fecha: 22/07/2005 Tipo: DIARIO MONTAÑÉS

TRIBUNA LIBRE: EL PEIT EXIGE LEALTAD Y UNIDAD DE ACCION.

  

   EL PEIT EXIGE LEALTAD Y UNIDAD DE ACCION

Francisco Colsa Lloreda  (Vicepresidente de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria -ADIC-)

El Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (PEIT) ha sido definitivamente aprobado por el Gobierno del  Estado siguiendo su propio y previsto calendario. Tras presentar a debate en diciembre del pasado año el documento base, el Gobierno presenta ahora un PEIT que da, a su vez, paso a la siguiente etapa, la del asunto que más interesa, la concreción de los planes sectoriales; a partir de septiembre la negociación por los plazos y la financiación expresarán el compromiso de nuestros gobernantes con las infraestructuras.

            A primera vista, el PEIT es, a nuestro juicio, bueno para Cantabria pues recoge las actuaciones previstas e incluye la reivindicación, por calificarla de alguna manera, “estrella”, la “Autovía Dos Mares”, infraestructura no incluida en el documento originario. Es prematuro quizás hacer valoraciones por la falta aún de concreción de los plazos pero, insistimos que, en líneas generales, se trata de un Plan deseado y lógicamente asumible pues recoge lo que la práctica totalidad de los ciudadanos cántabros deseamos.

            Será ahora, en la negociación de los planes sectoriales, cuando tengamos cumplida cuenta de la virtualidad de un Plan que al menos en Cantabria exige compromisos firmes y concluyentes, no tolera demoras ni sucedáneos infraestructurales, y  demanda celeridad y justicia histórica. Así lo exigieron los representantes del pueblo cántabro cuando consensuaron en el Parlamento las alegaciones al propio PEIT y se comprometieron a defender las mismas con toda la legitimidad que otorga el sentimiento generalizado de los agravios cometidos históricamente con Cantabria por los distintos gobiernos españoles. Y es que, grandes decisiones implican grandes compromisos y esa unidad mostrada y plasmada en el legislativo fue sinónimo evidente del grado de implicación de los representantes del pueblo cántabro. Lealtad, compromiso y firmeza en las reivindicaciones apoyadas en desprecios históricos,  en incumplimientos provocados y en olvidos premeditados.

            Sin embargo y como muchos nos temíamos, el consenso se ha roto; de nuevo se ha preferido la lucha partidista y la disputa política encarnizada para desgastar al rival. La oposición política en Cantabria ha aprovechado la presentación del PEIT para generar dudas y sembrar cizaña en, a nuestro juicio, un grave ejercicio de irresponsabilidad y deslealtad en un asunto como las infraestructuras que requiere, mínimamente, la crítica responsable y la implicación absoluta.

Lamentablemente es una actitud a la que nos está acostumbrando –por desgracia- la oposición cántabra, pero esta vez  ha añadido  un componente novedoso que agrava aún más el radicalismo “popular” porque, a la vista de las declaraciones efectuadas por los portavoces de la oposición política -convertidos definitivamente en demagogos-, se trasluce o un desconocimiento absoluto de lo que se está negociando y debatiendo o, lo que no se sabe si es peor, una falta de rigor ético censurable que sólo busca los titulares gruesos con el único objetivo del desgaste del enemigo –que ya no es siquiera adversario-.

            Prueba de ello son  varios ejemplos, como el desconocimiento u ocultación premeditada del calendario del propio PEIT, que desde un principio contemplaba la negociación de lo planes sectoriales  como la fase fundamental para concretar los plazos y la financiación; el desconocimiento o la ocultación de que las obras o expedientes ya iniciados contemplan un horizonte de finalización comprendido entre 2005 y 2008, entre las que se incluye la Ronda Bahía, la unión entre Solares y Torrelavega o la de  Aguilar de Campoo con Burgos, tres actuaciones que las alegaciones parlamentarias contemplaban en ese período; el desconocimiento o la ocultación de las actuaciones de mejora de la autovía Santander-Torrelavega; el desconocimiento o la ocultación del establecimiento de los ejes ferroviarios de unión  con Madrid y Europa. En definitiva, el desconocimiento o la ocultación premeditada de una serie de actuaciones contempladas como la Autovía Dos Mares que, sin duda, son un gran salto adelante para Cantabria, tras décadas de “parcheos” y excusas.

            Un caso curioso el de esta autovía, que se incluye definitivamente en el PEIT  y no precisamente debido al apoyo de los “populares” que enterraron la obra tras presentarla con toda pompa hace ahora ¡ocho años!

            Recientemente y a través de este mismo foro reclamábamos que la misma unidad expresada por nuestros representantes en el Parlamento Cántabro en torno a las reivindicaciones infraestructurales -cuando se consensuaron las alegaciones al PEIT- debía mantenerse en todo el proceso de negociación del mismo puesto que, independientemente de la lucha política, lo que estaba –y sigue estando- en juego era ni más ni menos que el  futuro de nuestro bienestar y nuestras posibilidades, lo que exigía en consecuencia más compromiso, mayor lealtad y menos crispación, partidismo y declaraciones gratuitas e incendiarias. De nuevo y lamentablemente hay que censurar la actitud de la oposición política en Cantabria que ha trasladado a la opinión pública una situación que no es real y lo que es más lamentable aún, saben que no es real. Ni siquiera en el debate estatal se ha generado tanta crispación, pasando de puntillas por este asunto el propio Partido Popular.... sólo en Cantabria  se ha calificado el PEIT con adjetivos gruesos como “frustrante y patético” o “la mayor tomadura de pelo” -¿cuántas van ya?-.

            Las infraestructuras exigen, un estudio pormenorizado, un debate serio, una reivindicación clara y una unidad de acción que implica, necesariamente, lealtad. Es necesario insistir en este último aspecto porque lo que está en juego no es ni la gloria del Gobierno ni la de la oposición, está en juego el futuro de Cantabria; será cuando se negocien los planes sectoriales cuando haya que mostrar una actitud unitaria exigente y reivindicativa para hacer cumplir lo acordado en nuestro Parlamento, lo que es de justicia para Cantabria. Y en ese momento habrá que seguir recordando cómo históricamente – desde hace al menos cien años- se han presentado planes similares que prometían mucho y que cumplieron poco, tratando -ahí sí- a Cantabria con desprecio, engañándola, frustrando nuestras expectativas, incumpliendo los plazos prometidos, comprometiendo nuestro desarrollo.... en definitiva, tomado el pelo a nuestro pueblo. De la unidad de acción de todos los cántabros y la lealtad depende que este nuevo plan no pase a engrosar la larga lista de agravios sufridos por Cantabria.


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