La Asociación ADIC ha manifestado su absoluta decepción ante los actos desarrollados con motivo del Primer Día de las Letras Cántabras, del 19 de febrero. A su juicio, un acto de la relevancia que debiera tener éste, no puede minimizarse de la forma que lo han hecho las Instituciones cántabras, por la escasa o nula relevancia otorgada, y por la falta de una manifiesta definición respecto de lo que las Letras Cántabras representan. El colectivo cantabrista no entiende que se institucionalice este acontecimiento sin antes definir, expresa e inequívocamente, qué es lo que se pretende, dónde y a quién se quiere llegar, en qué fundamentos culturales-literarios se basa la elección de los homenajeados, o qué concepto de cultura y literatura cántabra se quiere trasladar a la ciudadanía. Según ADIC, El Día de la Letras Cántabras no se puede reducir a eventos protocolarios a espaldas del pueblo, con una nula vocación didáctica y con una única finalidad: pasar desapercibidos ante los cántabros. La realidad de nuestras letras debe ser mostrada a la sociedad como una unidad cultural en el tiempo y en el espacio, producto de la capacidad creativa de un pueblo, sus inquietudes, anhelos, manifestaciones, personalidad, y devenir colectivo a lo largo de los siglos. Los cantabristas recuerdan que todo Día de las Letras debe ir acompañado de una programación plural y diversificada, con la participación del conjunto de la comunidad cultural y educativa, y que se oriente para llegar al pueblo, para que éste tome conciencia de su pasado y su patrimonio. Así, no se ha organizado ninguna feria de libreros y editoriales, no se han realizado actividades paralelas en colegios, institutos, Universidad de Cantabria, sin concursos literarios, lecturas públicas, edición de obras. En definitiva, ha primado la ley del mínimo esfuerzo. Y todo ello, por no hablar de un aspecto deliberadamente eludido: el patrimonio lingüístico cántabro, reconocido y amparado por la propia legislación cántabra, y que ha constituido la forma de expresión popular de nuestro pueblo durante siglos. Para la Asociación, este evento ya queda retratado si desde el primer día, se pretende ningunear un aspecto vital –y al parecer molesto- de la realidad cultural cántabra, que además ha sido estudiado, reflejado y alabado por buena parte de los autores que se pretende homenajear. Con todo, ADIC sigue considerando positivo la creación de esta conmemoración, confiando en que todas estas lagunas sean sólo producto de la inexperiencia, y que para próximas ediciones se vaya tomando conciencia de la pluralidad de aspectos que implica un evento cultural de esta magnitud, sobre todo de cara a la calle. |