Efectuado el sorteo del tradicional Cuevanuco Cántabro de Navidad, que anualmente sortea la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), ha aparecido el poseedor del boleto ganador. Se trata de Maria Jesús Quesada, vecina de Novales. El número agraciado fue el 79.250 y este año la tienda colaboradora, que vendió la papeleta ganadora del premio, ha sido el Restaurante-Apartamentos La Ceña de la localidad cántabra de Novales en el municipio de Alfoz de LLoredo. El cuevanuco se sortea en combinación con el primer premio de la Lotería Nacional de Navidad, que se celebra cada 22 de Diciembre y cuyo premio es una cesta de navidad de extraordinarias proporciones, compuesta por productos obtenidos de la tierra y de la mar de Cantabria, y que constituyen la base de nuestras excelencias gastronómicas. Es imposible nombrar en este espacio todo el contenido del cuévano. Son más de cincuenta los productos procedentes de diferentes valles y pueblos de Cantabria. Recordemos sólo los productos de la matanza del chon (jamones, morcillas, chorizos, lomos...), las langostas de Isla, o el hoyocántaro de San Vicente de la Barquera. Las almejas de Pedreña, la merluza de palangre de Colindres, el besugo de Castro. Las anchoas, y las sardinillas. Los quesos y los quesucos: de Oruña, de Pido o de Tresviso. La miel, el orujo o el tostadillo de Liébana. Los sobaos y las quesadas de los valles pasiegos. Las corbatas de Unquera, las alubias de Setién, la tortuca de pan, las nueces, las avellanas, las castañas y los limones de Novales. Las patatas de Valderredible. Los caracoles de pura estaca, las berzas, los repollos, el café de puchero y los manojos de té del Monte Vindio. Y aún hay que añadir el ternero, el cabrito, el chonuco, los conejos y las gallinas que van vivos y coleando a la estela del cuévano. Igualmente se incluyen las albarcas, un lomo de bisonte, lotes de libros y música de Cantabria, dos cenas en restaurantes de Cantabria y varios fines de semana de turismo en diversas casas rurales y posadas.
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