EL ANTRUIDU DE PIASCA.
El antruidu de Piasca, de tardía recuperación, representa una manifestación etnográfica del valle de Liébana.
Una celebración típica del mundo rural, con zamarrones vestidos enteramente de blanco con las jaldetas de la camisa por fuera, aun cuando el toque de color lo dan las fajas rojas, y cubiertos sus rostros con llamativas máscaras hechas con pieles de animales, a la vez que engalanan su cabeza con un gorro cónico alto, llamado capirote, decorado con coloristas cintas. Además, en ocasiones también se adornaban con cuernos de venado o chivo para darle una mayor vistosidad al atuendo.
Suelen acompañarse de escobones y trapos para manchar a las mozas ataviadas de fiesta o, como antaño, perseguir por las callejas a los niños, que hacían sonar con estruendo las esquilas y los campanos a su paso. Cuando los descubrían comenzaban las persecuciones, en forma de ruidosas carreras y arreando escobazos, que no cesaban hasta que el niño se rendía tirando el campano.
Gracias al empeño de la Asociación “Andruído en la Paré de Piasca” se mantiene hoy viva una tradición oral que queda patente en esta espectacular foto, tomada en la edición del año 2024, que compartimos con vosotros, obra de Vicente Ansola.
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