MARIO GÓMEZ CALDERÓN: MÚSICO Y DIBUJANTE.

«MARIO GÓMEZ CALDERÓN, músico y dibujante»

Autor del texto: David Pérez Gómez (músico, luthier e investigador de la tradición musical cántabra).

Su nombre evoca el de Ibio, el gran grupo de rock sinfónico de raíz, tan importante en la historia del folk cántabro y en la eclosión del cantabrismo cultural, a finales de la década de los 70. Mario, desde los teclados, era el cerebro de aquella banda, tan ligada a la actividad de ADIC durante sus primeros años. Mario Gómez Calderón era el músico que imprimía carácter a Ibio.

Pero ¿hasta qué punto el estilo (a la hora de dibujar, pintar, juntar palabras, arreglar y componer música) de un artista es original, propio, identificable? Todo artista sucumbe a la influencia de las obras que le precedieron, lo cual no impide que su modo de crear sea fácilmente reconocible por los demás.

La originalidad en el arte se entiende como una cualidad que define el resultado del proceso creador como algo novedoso, diferente a las obras de las que deriva y por lo tanto alejado de copias, plagios y réplicas. Ser original, es decir, que el público identifique tu obra, tu estilo creador y, hablando de música, tu sonido, es una de las máximas aspiraciones de cualquier creador. Tener un sonido propio imprime personalidad y carácter a la obra musical, es como contar tu historia con tu propia voz y palabras, no las de otra persona. Por esta razón es importante para un músico narrar sus inquietudes creativas a través de su propio sonido y cuando lo consigue se otorga un valor extra a su obra.

Yo me considero un melómano empedernido. Uno de los mayores placeres que encuentro en mi día a día es desenfundar uno de los discos de mi colección, pincharlo al aparato y tumbarme plácidamente a destripar todos los estímulos sonoros que hacen vibrar mis tímpanos.

Hace unos años, durante el proceso de investigación de mi obra Torta y lechi, preámbulo del folk en Cantabria me encontraba inmerso en uno de estos momentos de análisis y disfrute sonoro. Estaba estudiando la obra de unos de los grandes de nuestra tierra: “Los Carabelas” y escuchando uno de sus discos. A la tercera canción empezaron a llamarme la atención los arreglos musicales del trabajo y al instante me vino la idea a la cabeza: este disco está arreglado por Mario Gómez Calderón. Miré los créditos de la carpeta y efectivamente así era.

Esta sencilla anécdota me sirve para ilustrar la importancia de colocar el nombre de Mario en el altar de honor de la cultura cántabra. Fue un músico original, creador de un estilo propio, reconocido a nivel internacional y por desgracia olvidado por algunos en su propia tierra. Amante del dibujo y la espeleología, creó su propia madriguera, su cueva, su cavidad, entre cables, potenciómetros, teclados, efectos… y todos esos aparatitos incomprensibles para el común de los mortales con los que fue esculpiendo el sonido que definió a su obra. Una obra que entró, con todos los honores, en la historia cultural de Cantabria.

Pero no podemos olvidar que nos encontramos ante un artista complejo y completo, que diseñó las carátulas de sus discos y dibujó plantas, alzados y detalles de iglesias para el catálogo del románico cántabro, además de colaborar durante años en estas labores artísticas con el MUPAC.

En resumen, otro imprescindible de la cultura cántabra que nos deja sin haber recibido el merecido reconocimiento del pueblo al que sirvió.

¡Que la tierra te sea leve, Mario!


© Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) 2024. Todos los derechos reservados.
La utilización o la publicación, parcial o total, con fines comerciales o uso personal, de documentos y fotografías incluidos en esta página web por parte de terceros está estrictamente prohibida salvo que estos tengan autorización previa de ADIC.